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EZINBESTEKO IBILBIDEA
Evening party
Nº de inventario: 035
Técnica: Óleo sobre tela
Clasificación: Objeto de arte
Medidas: 114,5 x 109,5 cm
DESCRIPCIÓN
Interior de un casino inglés. Dos áreas delimitadas por el arco del fondo, la primera a contraluz y la segunda más luminosa, destacando los matices de colores rojos de la habitación. En primer plano, elegantes personajes, en su mayoría mujeres, se van difuminando a medida que se alejan. Unos uniformados camareros sirven a las damas. El juego de colores azules, morados y rojos, otorga profundidad a la escena, y el azul celeste y los toques amarillos de los personajes principales, elegancia y luminosidad.
En su estancia londinense Gustavo de Maeztu frecuentaba “los salones de mis fantásticas amigas inglesas” y este es un fiel exponente de ese ambiente. Gran conocedor de la obra del pintor y grabador Willian Hogarth, se basa este cuadro en el que el artista inglés pinto entre 1743-1745 con el título “el matrimonio a la moda”, que formaba parte de seis pinturas dedicadas a mostrar los infortunios consiguientes a un matrimonio contraído por interés y por ambición.
Sin embargo, Maeztu en su cuadro se ha alejado de la temática moralizante. Al igual que el pintor inglés la obra anterior de Gustavo tenía una importante carga literaria, componiendo en trípticos o en series que narraban una historia. Ahora, en su etapa londinense, solo quiere reflejar la crónica de una sociedad en la que aspira a entrar y formar parte de ella: mujeres elegantes, aristócratas de club pero también chinos del Strand, borrachos de tugurio, tipos de circo, curiosamente un mundo de fuertes contrastes de los que no puede desprenderse y que confieren emoción a su pintura. Si en el cuadro de Hogarth todos los elementos descriptivos del cuadro inciden en el programa moral, Maeztu solo pretende componer un escenario en el que se desarrolla una velada intrascendente. No cuida las proporciones, no hay una implicación en el desarrollo de la perspectiva, lo que quiere es construir un decorado en el que se desarrolla la vida de la alta sociedad de ahí que le preocupa más la gestualidad de los “actores”, que el verismo compositivo. Frente al dibujo que define los objetos de la habitación las figuras se convierten en manchas de color generando una cierta sensación de evanescencia, de irrealidad.