José María López Mezquita

José María López Mezquita

José María López Mezquita. Exposiciones Museo Gustavo de Maeztu

José María López Mezquita. Exposiciones Museo Gustavo de Maeztu

Estudió en la Escuela de Bellas Artes de Madrid y completó su formación en el taller del pintor valenciano Cecilio Pla, que fue quizás su maestro más directo e influyente. López Mezquita se presentaba como su discípulo, pero al final sería Cecilio Pla quien incluiría entre sus méritos el haber formado al pintor granadino. A la temprana edad de dieciocho años conseguía López Mezquita una medalla de primera clase en la Exposición Nacional de Bellas Artes de Madrid de 1901 con su lienzo Cuerda de presos, el mismo certamen en el que Joaquín Sorolla obtenía la medalla de honor con Triste herencia, pintura también de tema social, con la que el artista valenciano había conseguido ya un galardón en la Exposición Universal de París de 1900. Ambas obras mostraban unas concepciones o miradas muy diferentes. Triste herencia era una obra de madurez para Sorolla, Cuerda de presos era un brillante punto de partida del que un poco más tarde se distanciaría. Se ha apuntado en ocasiones la influencia de Sorolla en Mezquita con respecto a estas obras iniciales, pero el peso más notable es el de Pla con una visión amable que se interesa por el ámbito doméstico. En este sentido creo que los antecedentes y modelos que pudieron pesar en el joven Mezquita en estos primeros años y que en parte le impulsaron a realizar Cuerda de presos, fueron cuadros de Pla como Las doce (1892) o Lazo de unión (1895). Pero Mezquita introduce un elemento nuevo en el tema del conflicto de la relación familiar que nunca abordó Pla, cual es el de la conflictividad social. El cuadro en cuestión representa una fila de presos escoltados por la Guardia Civil que cruzan la ciudad al anochecer, al fondo las luces de los faroles, los locales comerciales iluminados y un fragmento de cielo que se ve entre los edificios. Los ciudadanos miran el grupo de presos que atraviesa la vía pública, destacando una pareja de burgueses elegantemente ataviados. Una gitana con un bebé en los brazos se acerca a la cuerda de presos para mostrar el niño al padre ante la actitud impasible de los guardianes. Se trata del elemento más anecdótico que introduce el sentimiento de ternura y melodrama característico de este tipo de pinturas. La despedida de una familia rota es aquí una anécdota más dentro del argumento general, pero capaz de acaparar la atención del espectador. La pareja burguesa que asoma por la esquina es a su vez el elemento de contraste social marcando dos tipos de vida que oscilan entre la estabilidad y el desarraigo.

 

López Mezquita traza con realismo y fuerza expresiva un muestrario de tipos de la marginalidad urbana, que hacen ver al gran retratista. Con respecto a esta obra Francés señaló la importancia de su oficio y concepción plástica: “Mezquita era un arbitrario, un renovador, y si bien por el asunto parecía seguir la trayectoria sensiblera de Otra Margarita, Triste antesala o La bestia humana, por el procedimiento, por la amplitud del metier, parecía un revolucionario”. Aún siendo algo diferente y unos años posterior, hacia 1901-1905 quizás, recordaría tambien ahora el óleo Carpintería de la calle Colcha, por cuanto recreación de una ambiente doméstico y laboral artesano. Un caso palmario de esta pintura de tipo social volcada hacia un intimismo familiar. En el taller trabaja el joven carpintero acompañado de su mujer que tiene al hijo en brazos, al fondo se ve un ataud blanco infantil. El carpintero fabrica ataudes. El cuadro quiere hacer una confrontación vida muerte quizás pero también podría ser leído como una recreación del tema de la Sagrada Familia.

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