Pierrot en la taberna

Online Corpus


ESSENTIAL ITINERARY

Pierrot en la taberna

Nº de inventario: 016


Tema: Época londinense
Técnica: Óleo sobre tela
Clasificación: Objeto de arte
Fecha: 1920 - 1921
Medidas: 139,5 x 120,5 cm

DESCRIPCIÓN

Durante su estancia en Londres buscará una nueva manera de abordar sus temas adquiriendo un carácter más internacional, menos racial. El cuadro que ejemplificará el nuevo sentir de Maeztu es “Pierrot en la taberna”.

Cuadro severo en el que sitúa a dos personajes en el interior de una habitación, inicialmente sin ventana y, por lo tanto, con un ambiente mucho más sórdido y deprimido, alejado del ambiente carnavalesco que se observa tras abrir posteriormente el muro mediante una ventana que nos lleva a una referencia claramente parisina. Aun así, el ambiente sigue siendo sórdido, frío, con dos personajes, una mujer lánguida, desencantada, de mirada ausente, perdida, y el hombre áspero, seco con sonrisa sardónica, maliciosa, disfrazado de Pierrot y con la máscara desplaza sobre la cabeza, no enmascara, pero tampoco hace falta ya que Maeztu no tiene necesidad de ocultar al hombre.

En este cuadro Gustavo de Maeztu quería, “por primera vez huir de una forma arcaizante y reducir los procedimientos de mi técnica”, lo que inevitablemente nos conduce a un acercamiento al tema, al incentivar la primacía de la sencillez (debemos olvidarnos de la ventana construida posteriormente), la acentuación del dramatismo y la atemperación de los elementos heroicos, pero sin lograr evadirse de su deseo innato de transmitir mensajes a través de los meditados elementos con los que construye la escena.

Pierrot se ha convertido en un personaje irreal, emblema de lo decadente, macabro y sarcástico. Su personaje ejemplifica la deshonra, el ridículo y la vergüenza del consentimiento. Pero no se trata sólo del personaje de la Comedie, su Pierrot es comediante, funambulesco, sentimental, dramático, envejecido, soñador, nos plantea un hombre cuyo sentir engloba todas estas visiones.

Contraste hábil entre las dos figuras que incide en el dramatismo de la obra pero posteriormente atemperado por una ventana que abre la sordidez de la habitación a un paisaje carnavalesco parisino.